El ecoturismo a su vez, se considera una fuente de sostenibilidad, tanto para el área protegida como para las comunidades locales al generar ingresos económicos y empleo. Sin embargo, el ecoturismo no planificado y/o manejado inadecuadamente, puede ocasionar impactos negativos graves para el medio ambiente y para las comunidades, deteriorando y degradando los recursos de los que depende.
Con el creciente flujo de visitantes en las áreas protegidas en los últimos diez años se comenzó a evidenciar la presencia de impactos ambientales, sociales y económicos, tanto positivos como negativos. En respuesta a los impactos negativos, las áreas protegidas del Sistema de Parques Nacionales empezaron a implementar metodologías de ordenamiento de la actividad ecoturística como la capacidad de carga turística (Cifuentes, 1992) y los límites aceptables de cambio (LAC) (Stankey et al., 1985), con la orientación de la Subdirección técnica.
La metodología para determinar capacidad de carga desarrollada en Costa Rica por Miguel Cifuentes en 1992, se considera una herramienta práctica, de fácil comprensión y aplicación por los equipos de las áreas protegidas. Su objetivo principal es calcular un “número” de visitantes/día en un sitio de visita determinado, a partir de cálculos basados en la medición de variables físicas, biológicas, ambientales, sociales y de manejo de cada sitio a evaluar, como una forma para que los administradores de área puedan manejar y controlar la actividad turística generando el menor impacto posible.
De otra parte, la metodología de límites aceptables de cambio (Stankey et al, 1985) tiene un fuerte componente de participación social y a través de nueve pasos identifica problemas y oportunidades, zonifica, selecciona indicadores y define estándares que permitan monitorear los impactos que se desprenden del ecoturismo. Esta metodología se concentra en alcanzar altos niveles de satisfacción en el visitante, y plantea que no son los visitantes los causantes de los impactos, sino su comportamiento. Éste planteamiento es correcto, toda vez que existen áreas protegidas, en especial norteamericanas, en las cuales efectivamente se cuentan con adecuaciones de infraestructura y estrategias de sensibilización a visitantes consolidadas, que minimizan en buena parte los impactos que se puedan generar a partir de la recreación. No obstante, Colombia se encuentra en una lenta transición en la cual de manera tímida se asignan recursos para adecuación de infraestructura, personal de apoyo, adopción de métodos para el ordenamiento de actividades ecoturísticas, y donde se aplica una dbil estrategia de sensibilización que permita incidir decididamente en el comportamiento del visitante (no entendí esta última oración). Una vez estos aspectos sean superados con seguridad el impacto del visitante será menor.
Adicionalmente a las dos metodologías antes descritas, se han desarrollado otras como el Rango de oportunidades para visitantes de áreas protegidas (ROVAP), el manejo de impactos del visitantes (VIM), la experiencia del visitante y la protección de los recursos (VERP), el Modelo de optimización del
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manejo del ecoturismo (TOMM), las medidas de éxito, entre otras. Estos desarrollos metodológicos tienen en común la identificación de impactos, la selección de indicadores, el monitoreo de los mismos y la definición de umbrales o estándares que permitan evaluar el estado de los recursos y/o de la experiencia del visitante y tomar las acciones de manejo correspondientes.
A partir de las lecciones aprendidas que resultaron de las diferentes aplicaciones en la entidad (capacidad de carga turística y Límites Aceptables de Cambio), se seleccionan en éste documento los principales componentes de las metodologías más comúnmente aplicadas en el mundo, con el objetivo de conocer, evaluar y monitorear los impactos del ecoturismo; determinar la capacidad de carga aceptable en sitios de interés ecoturístico y conducir a la definición de acciones de manejo que permitan ordenar la actividad. De acuerdo a lo anterior, esta guía metodológica permitirá hacer una síntesis diagnóstica del ecoturismo en el AP, identificar y analizar los impactos negativos, definir las condiciones deseadas de las zonas con uso ecoturístico, priorizar impactos, definir objetivos de manejo frente a esos impactos, determinar capacidad de carga aceptable de los sitios priorizado, seleccionar indicadores y estándares que permitan medir el grado de impacto que el ecoturismo genera sobre los valores naturales, la satisfacción del visitante y las comunidades locales. (Figura 3)
El desarrollo de éstos pasos llevará a la Unidad de Parques Nacionales a definir el concepto de capacidad de carga aceptable como el número de personas que soporta un área protegida en cada una de sus zonas de manejo, buscando el balance integral entre los aspectos determinantes de la actividad ecoturística como son los elementos biofísicos, ambientales, operativos, infraestructura, dinámica y satisfacción del visitante y de la comunidad local, de tal manera que propenda por la sostenibilidad del ecoturismo como estrategia de conservación. Es importante aclarar que ese límite es dinámico en el tiempo y tanto las estrategias de acción y las medidas de conservación deben obedecer igualmente a esta dinámica.
Londoño, J. M., Bastidas, E. R., Gil, C., & Fajardo, C. J. (s. f.). Guía Metodológica para el monitoreo impactos del ecoturismo y determinar capacidad de carga aceptable en la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia
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